Casa Rural Molino La Flor, en medio de las principales ciudades andaluzas, muy cerca de la Costa del Sol y Gibraltar, concretamente en el Valle del Guadiaro, que comienza en Ronda, sigue en Benaoján, nuestro pueblo, Jimera de Libar, y sigue por Cortes de la Frontera hasta Gibraltar.
15 plazas, en camas, literas y divanes, todas de 90 cm, distribuidas en seis salas independientes pero unidas entre sí. Los salones y dormitorios son todos asimétricos e irregulares.
El edificio se asienta sobre los restos de un puente Romano, disponiendo también de un mirador-solarium y una glorieta de pesca dentro del río.
Dispone de una amplia zona privada con piscina de uso exclusivo para este molino, compartiendo el resto de la finca y sus juegos con el otro molino y Villa Sandía.
Recalcamos que su arquitectura y distribución es totalmente distinta a lo que estamos acostumbrados. Al estar pensado para un sólo grupo de amigos o familiares, se huye de las habitaciones cerradas tradicionales que aíslan a las personas y formamos algo muy diferente a lo existente. Aquí la intimidad, sólo se consigue con separaciones a base de cortinajes, escaleras o planos distintos, no existen tabiques, ni puertas, -excepto en los servicios. Es difícil de explicar, y aunque existen diversos compartimentos con cierta intimidad, también hay una cama redonda para los niños.
Sobra alguna cama o diván, y no contamos como plazas los salones de abajo, donde hay divanes en los que la gente gusta de dormir junto a la chimenea. La idea es que los huéspedes se distribuyan a su gusto por la casa según edades, grupos familiares o como les de la real gana.
Incomodísimo para vivir porque escuchará los ronquidos del cuñado, el vientecito indiscreto del novio de la niña y las risotadas de unos y otros. Sus hijos se negarán a dormir hasta las tantas… pero pasará unos días tan inolvidables que le obligarán a repetir una y otra vez la experiencia, quedando atrapado como cliente fijo, como le sucede a casi todos nuestros usuarios.
Somos perfectísimamente conscientes que los grupos que vienen a los Molinos, lo hacen para divertirse, bailar y cantar hasta las tantas y nos parece estupendo… pero sea consciente que en la otra orilla del río hay un glamping donde pedimos silencio a partir de las 23:00hrs de la noche, por lo que le rogamos sea discreto con la música, ya que en el silencio absoluto de la noche, podría molestar a las personas que descansan en Villa Sandía.
Las mascotas están permitidas en el Molino la Flor/Molino el Inglés. Sea cuidadoso y no permita que se acuesten en las camas o sofás, ni se bañen en la piscina… Y recoja sus cacas. En la finca de Villa Sandía (cruzando el puente) se permiten mascotas de hasta 10 kg, y siempre deberán ir atados.
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